Ellas vibran en armonía con el caudal inmenso de energía cósmica que ha formado todo aquello que existe. Tienen el secreto de la armonía.
Lo enormemente valioso de las gemas es su regalo de luz a nuestras vidas. El gran valor comercial que tienen alguna de ellas no te tienen que confundir, ya que hay otro valor inmensamente mayor: la eternidad de su presencia; el que te enseñen a ser eterno, permanente en tu espíritu.
Solo tienes que estar abierto y abandonar todo preconcepto, deja que te guíen, abandónate para que te conduzcan hacia el reino eterno de la luz.
En las dimensiones superiores moran y se expresan hacia nosotros todos nuestros guías y maestros espirituales, solo con el silencio que genera la meditación puedes acceder a su realidad.
En su inmenso amor, las gemas que provienen del espacio llegaron como energía a nuestro planeta y aceptaron elementos de los minerales de la tierra para integrarlos a su manifestación corpórea en nuestro mundo.
Su misión en la tierra es despertarnos, para que dejemos de ver la realidad con moldes inadecuados.
Los llamados cristales cósmicos son:
Selenita, Sugilita, Amatista, Cianita
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